viernes, 2 de julio de 2010

ADN, Uruguay y monopolio

Realmente me cuestiono todos los días por qué sigo leyendo Clarín, y ayer, después de ver esta nota, me lo cuestioné todavía más. Pero me acordé de que una vez mi vieja me dijo que al enemigo hay que conocerlo, y seguí leyendo.
¿Qué se puede decir sobre esa nota? En principio que es una vergüenza a nivel periodístico. Por ejemplo, este párrafo: "Según un especialista en genética consultado por Clarín , es casi imposible que no se haya podido determinar un patrón genético en alguna de las prendas, en especial en la ropa íntima o en las medias , que estuvieron en contacto directo con los cuerpos de Marcela y Felipe durante todas las horas de la declaración en el juzgado y posterior viaje hasta la casa materna, donde fueron interceptados y obligados a entregar todas sus prendas.". No revelar las fuentes de las que se extrae información es una falta, como mínimo, grave. Es una manera más de mentir, de tergiversar. ¿Qué veracidad puede tener una declaración si nadie sabé de dónde salió? Díganme quién es el especialista en genética, si tan seguros están de sus declaraciones. Pero no, no sabemos quién es. En la misma nota hay otro ejemplo de lo mismo: "Fuentes ligadas al caso dejaron trascender su sospecha de que esta supuesta imposibilidad de realizar el ADN de los jóvenes, hijos adoptivos de Ernestina Herrera de Noble, sea una burda maniobra dilatoria frente a la posibilidad de que no hayan encontrado coincidencias con los datos genéticos de las familias de desaparecidos." ¿Quiénes son estas "fuentes ligadas al caso"? ¿Qué autoridad tienen para "dejar trascender" sospechas? ¿Qué tan válidas pueden ser las sospechas de "fuentes" que no son reveladas? Cabe preguntarse qué tan fundadas pueden estar esas sospechas como para que no se diga explícitamente quién es el sujeto que las hace trascender.
Y ya que estamos me pregunto también cómo es que a ninguno de los avispados periodistas de clarinete se le ocurrió pensar que encontrar 3 perfiles de ADN distintos en una prenda de ropa interior es algo sospechoso, teniendo en cuenta que nadie anda pasando su chabomba por las manos de cualquiera, y no me imagino a ningún efectivo de la policía agarrando a mano limpia el bombachudo de Marcelita, o el calzón de Felipito (ah, no, complicado, Felipe no tenía puesta ropa interior cuando se hizo el allanamiento, qué loco). Ah claro, no es que no se dieron cuenta, solamente lo omitieron. Eso si que es hacer gala de su autoproclamada independencia periodística, eh.
Veamos este otro ejemplo de rigor periodístico: "La posibilidades de que las muestras hayan sido manipuladas en el Banco, ya sea por impericia o intencionalmente, se suman al hecho llamativo de que la jueza y la directora del BNDG, María Belén Rodríguez Cardozo, se habían negado terminantemente a que los abogados y peritos de parte retiraran una pequeña porción de las prendas secuestradas para una prueba paralela de control." Claramente, la única posibilidad existente para Clarín es que las muestras hayan sido contaminadas en el BNDG por los malos malos malísimos corruptos doctores genetistas K, incluso capaz fue la misma montonera presidenta Cristina la que fue y escupió la ropa interior de los Noble Herrera para contaminarla. La posibilidad de que haya sido una manipulación intencional de los herederos de Clarín parece no existir. En realidad en la nota se cita al abogado querellante en la causa, Pablo Llonto, pero solo al final de la nota. También a las Abuelas, pero de nuevo, bien bien al final. Total, la credibilidad que estas mujeres y el BNDG se ganaron recuperando la identidad de 101 jóvenes, no vale nada, puesto que esta es una guerra contra la pobre señora Ernestina, que tanto amor le dio a esos chicos.
Todo esto se vuelve más llamativo cuando se pone en contexto: los implicados en la causa (Ernestina Herrera de Noble, y Felipe y Marcela Noble Herrera) misteriosamente salieron del país durante el peritaje. Ernestina partió a Uruguay el 3 de mayo para luego tomarse un avión a EEUU, y los hermanos también cruzaron el charco días después que su madre. Esto pone un alerta sobre las posibilidades de que los problemas con las muestras de ADN vengan del lado de los Noble, o por lo menos eso pareciera. Pero claro, cuando se descontextualiza la información, es muy fácil hacerla sonar a gusto y piaccere del comunicador.
Es claro que no se puede esperar menos de este medio, es claro que no debería seguir sorprendiéndome la brutalidad con la que se tratan estos temas desde ese monopolio, y también es claro que es esperable la reacción del Grupo Clarín, ya que ven amenazados sus intereses. Pero aún sabiendo todo esto, no deja de espantarme...

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